domingo, 29 de marzo de 2009

*DIARIO DE HITLER*


Querido diario:


Hoy, 30 de Abril de 1945 doy por terminada mi función al mando de Alemania, es hora de acabar con todo esto. Jamás me hubiera imaginado llegar a este extremo, pero no encuentro otra alternativa, yo, el hombre fuerte y valiente que siempre ha luchado por y para Alemania se derrumba y hasta aquí llega su final. Llevo mucho tiempo refugiado en el búnker, como consecuencia de los múltiples bombardeos que estamos sufriendo en Berlín por los rusos, en un momento como este, ya empiezo a aburrirme de la situación ya que no veo solución a todo esto. Lo que en principio se iba a convertir en una guerra victoriosa para Alemania, en este momento tan desencadenante se ha dado la vuelta al asunto y somos nosotros los perdedores, algo que yo no estoy dispuesto a tolerar ni mucho menos, aceptar. He decidido poner un punto y final a mi vida, puesto que no quiero sentir humillaciones cuando mi ideología llevada a cabo durante tantos años y que de forma tan fabulosa ha ido, quede truncada de un momento a otro. ¡De ninguna manera!

Me encuentro en una situación de mi vida difícil, puesto que pienso todo lo que estoy dejando atrás y todo lo que he conseguido, pero creo que es la mejor opción que puedo elegir. Sé que tengo personas a mi lado, que no me fallarían nunca, como es mi esposa Eva Braun. Fue ayer cuando nos dimos públicamente el “si quiero” como se suele decir, pero bien es cierto, que durante mucho tiempo ha sido mi amante. Reconozco que no me he mostrado nunca con ella en público por cuestión de prestigio, claramente, aunque normalmente, cuando nos vemos con gente a nuestro alrededor, yo la trato como una más, no es para menos. Ahora que lo pienso, me siento endeudado con ella, ya que por mi culpa se ha pasado muchos momentos (por no decirte que casi todos), encerrada en mis apartamentos, y quieras o no, ha perdido muchos momentos de su vida por mi culpa…En fin, ante eso ya nada puedo hacer.

Como no, alguien que ha permanecido siempre a mi lado, es mi adorada perrita Blondi, mi “guerrera”, como la llamo de forma cariñosa ja ja ja... Sin duda, es el mejor regalo que me han podido hacer nunca, siempre se he agradecido a Martin Bormann, por este detalle que tuvo conmigo en su momento. Es como si fuera una hija para mi, a la que siempre protejo y llevo a mi vera. Pero lástima, que en estos momentos sea con ella con la que experimente las cápsulas de cianuro, y así probándolo con ella, me garantice mi muerte. Aunque también he de confesar que lo hago, por su bienestar, para que los malditos soviéticos no me la torturen, como me imagino que harán si la dejo con vida.

Aquí me encuentro con Blondi, a las afueras de la Guarida del Lobo, mi pastor alemán siempre estaba al pie de su amo y yo, mimaba a mi perra, como si fuera mi hija.

Cambiando un poco mi parte más dulce o melancólica, ya que como estoy demostrando, no soy tan “ogro” como todos se creen, paso a lo que yo llamaría mi gran trayectoria.

No ha sido un camino fácil conseguir todos mis propósitos pero bien es cierto, que algunos han fracasado o están en el proceso, como es el caso del momento actual.

Ahora mismo, lo que más ilusión me haría es hacer un hacer es un balance de toda mi trayectoria al poder, y como no de mis inicios, para poder así recordar buenos momentos y quizás hacerme sentir más orgulloso de lo que ya estoy.

Siempre recordaré aquella época en la cuál salí de Austria en 1913, una fecha que jamás olvidaré, porque fue ahí en el inició de la Gran Guerra cuando me suscribí en las listas del ejército y poco a poco ascendí hasta llegar a ser cabo. Al terminar la guerra, debido al tratado de paz firmado entre los países Aliados y Alemania, en el cual, nuestro país se vio comprometido a correr con toda la responsabilidad que la guerra había causado, me instalé en Munich y seguí con mi labor frente al ejército, eso fue rondando 1920 si no recuerdo mal.

Un año antes, en 1919 se creo la Komintern, una organización comunista internacional que agrupaba a los Partidos Comunistas de los distintos países, y cuyo objetivo era luchar por la superación del capitalismo, el establecimiento de la Dictadura del Proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista como fijaba en sus primeros estatutos. Ya en 1922 fui elegido como presidente de esta organización, algo que me vino muy bien, para poder propagar mi odio racial (sobra decir que para mi los blancos somos superiores) y mi desprecio a la democracia, he de decir que fui muy apoyado por el ejército como no, y por la alta burguesía.

Que innumerables recuerdos tengo en en mi cabeza, y lo más sorprendente es que me acuerdo como si me pasasen ahora mismo. Como también fue el Push de Munich, cuando ideológicamente aglutiné a mi alrededor en una cervecería a todos los simpatizantes de mi partido y a seguidores de la derecha militarista para hacerme con el poder de aquella ciudad, como preludio de la marcha sobre Berlín. Tras ciertas dudas al principio, el Gobierno bávaro ordenó a la policía sofocar el golpe, por tanto los enfrentamientos fueron a más y acabamos con la muerte de miembros de mi partido, multitud de heridos y también tuve la mala suerte de ser detenido junto con Rudolf Hess, el dirigente de la Alemania nazi en la época, al que nombré adjunto del Führer y ministro sin cartera.

Una vez detenidos me dediqué a escribir un libro, al que llame Mein Kampf, en el que combiné elementos autobiográficos de ideas racistas y fascistas, propias del nacionalismo. Mi libro refleja mis teorías políticas, y en él describo mi aversión a los que creo que son los males gemelos del mundo, el comunismo y el judaísmo, mi propósito como bien he dicho siempre ha sido erradicarlos de la Tierra.

Si los comunistas, los odiados comunistas, ese partido formado en diciembre de 1918, que originalmente formaba el ala bolchevique del Partido Socialdemócrata, y del grupo Internacional Comunista de Alemania, que menos mal que pudimos suprimir al partido comunista Alemán, y sus dirigentes militantes fueron enviados a campos de concentración como parte del Holocausto, sinceramente, lo mejor que se podían esperar.

Ahora que recuerdo, hay algo que no quiero pasar por alto de la época de mis inicios, y es que un año antes aproximadamente de mi nombramiento como Canciller, se celebraron las Olimpiadas de Berlín, algo que me favoreció considerablemente ya que aproveché la instancia deportiva para demostrar a todo el mundo la magnificencia del nazismo. En ese momento, encargué un elaborado programa propagandístico a Goebbels, mi íntimo amigo y al que yo nombré ministro de propaganda. Goebbels, ha sido de las personas más importantes de mi vida al igual que su esposa, una de las mujeres más fanáticas de mi ideología. Este tipo de cosas son las que me llenan de satisfacción, el saber que hay personas como ella que me siguen y me apoyan hasta el final. Sigo contando, ya que me pierdo por los laureles contando cosas de mi amigo ja ja ja, pero bueno al fin y al cabo, también es interesante. Como iba diciendo, al encargarle el programa propagandístico, él a su vez encargó la puesta en escena a Albert Speer y la supervisión y filmación a la fotógrafa Leni Riefenstahl.

¡Se me olvidaba! En 1930 hice uso del Zepelín, el primer artefacto volador capaz de ser controlado en un vuelo largo. Lo utilicé en varias ocasiones, pero el caso más importante donde fue utilizado fue en el incendio del Hinderburg.

Un año más tarde, con mucha ilusión después de tanto promulgar mi ideología, llegaron las ansiosas elecciones de 1933, ¡ya era hora!, puesto que en 1932( me había despistado de decirlo) mi partido había fracasado. Pues como estaba relatando, el 30 de enero de 1933 el jefe de Estado, Hindenburg, líder alemán presidente de la República de Weimar me nombró como canciller. No era para menos después de la dura etapa en que lo fui sobornando, todo hay que entenderlo, mis intereses van primero que todo SIEMPRE.

Debido a estas maravillosas elecciones, me otorgaron el control absoluto del Parlamento, y gracias a esto, más adelante pude establecer una dictadura sobre el país, creando así el III Reich, o lo que es lo mismo el Tercer Imperio Alemán, comenzando otra etapa en Alemania, ya que en 1918, con el fin de la Primera Guerra Mundial habría acabado el II Reich.

Quizás parezca mentira que salga de mi tantas confesiones, pero es la primera vez en toda mi vida, que me sincero conmigo mismo, y también es hora de que empiece a reconocer algún que otro error que he cometido, que desde mi punto de vista han sido pocos, puesto que yo lo que más he hecho han sido marcar estrategias para el bienestar del pueblo alemán que por supuesto va en primer lugar.

Algo que debo confesar es el incendio que provoqué del Reichstag, en 1933. Nos aprovechamos para culpar a nuestros enemigos políticos y en especial a Marinus van der Lubbe de haberlo perpretado. En aquel momento nuestro propósito era justificar la adopción de medidas especiales que marcaran el fin de la república democrática de Weimar y la instauración de nuestra dictadura. A la culpa de todo esto yo lo llamé el comienzo de una revolución e incluso con estas afirmaciones, llegué a sembrar el pánico.

Sinceramente, no me arrepiento de nada de lo que he llegado a hacer, estoy tan orgulloso querido diario, que hasta con cierta pena, estoy escribiendo mis últimas páginas, ya que se termina una etapa entrañable para mí.

En 1934, se desarrolló una purga llamada “ La noche de los Cuchillos Largos” o también conocida como “Operación Colibrí”, ocurrió entre el 30 de junio y el 2 de julio, si mis cuentas no me fallan, cuando nuestro régimen llevó a cabo una serie de ejecuciones políticas. Estos actos surgieron como consecuencia de apoderarnos de todas las estructuras del estado de nuestro país. Muchas de las personas que fueron asesinadas durante estos días pertenecían a la S.A, la organización paramilitar nazi. Yo personalmente me opuse a la S.A y a su líder, ya que estoy convencido que querían la independencia. Además, yo lo único que quería por esos tiempos era el apoyo de los líderes de la Reichswehr, y esta organización militar oficial de Alemania, temían y despreciaban a la S.A, por ello, yo otra cosa no podía hacer.

Al final, utilicé la purga en contra de los críticos conservadores de mi régimen y en especial contra aquellos que eran leales al vicecanciller y también, como no, para vengarme de otros enemigos que tuve en el pasado.

Ya que hablamos de noches, porque no hablar de “ La Noche de los Cristales Rotos” ja ja ja, me causa hasta cierta gracia los nombres. Al menos intento compartir contigo, mi confesor, un poco de humor y tomármelo todo con alegría, ya que estamos en una situación un tanto extraña. Pues eso, la Noche de los Cristales Rotos, fue un pogromo que ocurrió entre Austria y mi querida Alemania (no se de que forma, halagarla ya, porque para mi es lo máximo). Los sucesos ocurrieron durante la noche del 9 al 10 o del 10 al 11, no estoy muy seguro, de noviembre de 1938. Fue contra los ciudadanos judíos del país y se podría llegar a decir, que le inicio del Holocausto. La SS, cuyo comandante en jefe y más tarde Ministro del Interior era Himmler, se encargó de arrestar a miles de “asquerosos” judíos y también en modo de venganza le destrozaron sus comercios. Esa gentuza no se merece cosas mejores al igual que los gitanos, sinceramente no se como han podido llegar a existir personas así, hablar de ellas me produce hasta asco. Pero bueno, hay que agradecer, que la gran mayoría de estos individuos estén en campos de concentración o de exterminio, porque sino, ya me podrán explicar muchos, que sería de los alemanes mezclados con ellos.

He de decir que me siento tan motivado escribiendo todas mis experiencias vividas y tengo tantas cosas que relatar, que tengo que volver a escribir de años anteriores, ja ja ja, que pena no haber empezado de antes con esto del diario ya que ahora, pues me sería más fácil todo…

Lo que quería relatar eran las famosas Las Leyes de Numemberg, ya que hablaba de los judíos esto no viene mal recordarlo. Son unas leyes de carácter antisemita de la Alemania nazi (nosotros siempre como no, defendiendo nuestro símbolo, la esvástica)

y fueron adoptadas en el año 1935. Estas leyes no le permiten a los judíos casarse con personas de la grandiosa raza aria y solo tienen permitido casarse entre ellos, al igual que tampoco pueden trabajar en sitios públicos entre otras cosas. La mayoría de judíos eran enviados al campo de exterminio de Treblinka. Hay que comprender que una raza como esa, no se merecía algo peor, lo reiteraré las veces que sea necesario.

También quería señalar, la ayuda que le brindamos al general español Francisco Franco, en 1936, cuando se produjo en España una sublevación militar contra el gobierno republicano del Frente Popular. Y sólo Mussolini y yo, apoyamos al ejército sublevado del general Franco enviándole armas, aviones, destacamentos militares y ayuda económicas. ¡Para que luego se quejen de no ayudamos!.

Lo más que me llama la atención de esto, es que Gran Bretaña ni Francia, los países que parece ser que alardean de ayudar al resto, pues no quisieron intervenir apoyando a la República española, que bueno, quien si fue que participo con ayuda militar fue la URSS. Ésta guerra, en la que se ensayó la unidad antifascista, significó una derrota para las fuerzas democráticas, ya que después se estableció una dictadura en España, lo que contribuyó a que tanto Italia como nosotros, nos afirmáramos con respecto a nuestras posiciones.

Por otro lado, en 1938 se incluyó a Austria dentro del Reich. Concretamente el 12 de marzo de 1938 fueron nuestros grandes pasos hacia la expansión que siempre quise. Esta acción siguió a la devolución que nos hicieron de la región del Sarre, que estaba bajo el control de la Sociedad de Naciones durante 15 años, como ya se había acordado en el Tratado de Versalles, y que presidió en la inclusión de los Sudetes, en la invasión de Checoslovaquia y finalmente lo que condujo a esta famosa guerra, nuestra invasión en Polonia.

Que épocas más duras y a la vez satisfactorias para nosotros, ya que teníamos la sartén cogida por el mango, como se suele decir… Austria fue un país, el cual presioné muchísimo con el fin que reconociera el Partido Nazi. Al Canciller de Austria, Kurt Schusching cuando intentó mantener la independencia de su país, anunciando un referendo para determinar la independencia o la unión a nosotros, yo personalmente, hice todo lo posible para presionarlo y que así cediera el poder al Partido Nazi. Fue muy astuto, el maldito Canciller, puesto que tenía el Golpe de Estado bastante planificado, de manera que no hubo resistencia cuando las tropas de la Wehrmacht invadieron Austria para forzar el Anschluss.

La respuesta internacional al Anschluss fue lo que se dice bastante tibia, ya que los aliados solamente presentaros protestas diplomáticas, sin tener que tomar acciones concretas que revirtieran el Anschluss, aun siendo los aliados los responsables de que se cumpliera el Tratado de Versalles, que prohibía de forma explícita la unión de Austria y Alemania.

Siguiendo con mi trayectoria, en 1938 decidimos anexar a los Sudetes, una cadena montañosa que se encuentra entre Bohemia y Silesia, nosotros, que somos muy listos (todo hay que decirlo), pusimos como pretexto que teníamos que solucionar problemas étnicos, ya que durante la década de 1930, se produjeron una serie de conflictos dentro de esta región y como resolución a tal desenfreno, los anexionamos para solucionar la crisis que acarreaban. Bastante población alemana decidió escindirse de Checoslovaquia e incorporarse a mi Alemania. ¡Hay que se me olvidaba!, esta anexión que se produjo nos fue concertada con el Pacto de Munich, donde Chamberlain, el primer ministro británico, trató de buscar una salida pacifista a esta crisis, y finalmente fue en esta misma ciudad donde nos reunimos Mussolini, Chamberlain y yo para firmar un documento en el que se aclaraba el deseo de garantizar la paz y por eso me cedieron los territorios, la verdad que siempre he sido temido, puesto que por miedo de tener problemas conmigo conseguí lo que realmente quería.

Recalcaré también, que esta unión se debe a la avalancha de población alemana que había dentro de aquel territorio, y como yo siempre he dicho y sé que tengo la razón con estas palabras, que quede claro que donde haya un alemán ahí estará Alemania.

En este mismo año, que quizás fue uno de los más moviditos, debido a que surgieron bastantes sucesos llamativos, nombré a Göring, mariscal de campo de guerra. Este hombre, es político y militar, de lo mejorcito que hay, hablando claro, ya que es uno de los que más experiencia tiene.

Siguiendo un poco con todo esto, en el año 1939, nos reunimos Stalin, el máximo líder de la URSS ( el país que en este momento nos da tantos quebraderos de cabeza)y yo , para tratar la invasión de Polonia. Firmamos un acuerdo, que consistía dividir Polonia en dos, y así yo me quedaba más tranquilo, ya que mis ansias siempre han sido conquistar territorios europeos.

Bueno, ahora ya me voy a adentrar en lo más movidito, por llamarlo de alguna manera…Escribiré lo que para mi ha sido, lo más decepcionante de toda mi trayectoria, ya que mi país se me está yendo a pique. Es algo muy duro para mi reconocerlo, pero la realidad sobrepasa las barreras.

Es aquí cuando empezaré ha escribir, estos últimos años tan duros para todos los alemanes. En principio, sólo pensamos que la guerra que estábamos llevando a cabo sería contra Gran Bretaña y Francia, esos países de quinta, que estaban unidos por defender a Polonia. Pero con el paso del tiempo, y llegando al momento en el que estamos se ha convertido en un conflicto más bien mundial. Nosotros esta guerra la hemos llevado a saco, hemos querido lograr una victoria por todos los medios y siempre nuestro mayor y más placentero propósito ha sido aniquilar a los adversarios.

Al convertirse todo este revuelo, en una guerra más bien mundial, hemos llegado a tener enfrentamientos hasta en África, Asia y el Pacífico.

Me da mucha pena decirlo así, pero solo hasta 1942, es cuando se podía decir que nuestra Alemania, al igual que Italia y Japón, estábamos en nuestro pleno apogeo, si si, es así… En esa época se nos consideraba los dueños del mundo, ya que nuestro continente, el norte de África y Asia Oriental, era casi todo de nuestra propiedad.

Pero bueno, con el paso del tiempo ya todo se nos vio truncado…Fue en ese mismo año, cuando toda la mayor iniciativa pasó a ser de Estados Unidos, la URSS y también por los fastidiosos ingleses. Siento un odio hacia ellos, que nadie nunca se podría llegar a imaginar, por ellos es por lo que estoy ahora así, y si fuera por mi, acabaría con todos.

Nunca olvidaré la época que acarreó de 1939 a 1942, una etapa un tanto ofensiva para nosotros. Tuvimos que actuar siempre con mucha rapidez, ya que no queríamos una lucha en dos frentes ni tampoco una guerra larga. Logramos derrotar en poco tiempo a Francia ( uno de los países que perteneces a los Aliados)lanzando un cohete V2, algo que descubrimos tarde. En aquel momento, contábamos con la URSS y también con nuestra estrategia militar, que tantos éxitos nos proporcionó en los primeros años de la contienda: la Blitzkrieg.

Esta estrategia que consistía en la combinación de avances rapidísimos de divisiones de blindados mecanizados con el bombardeo sistemático de la aviación y el lanzamiento de paracaidistas en la retaguardia, los cuales colapsaban las comunicaciones y desorganizaban al ejército del adversario, hay que reconocer que nos benefició mucho esto… Siempre fuimos y seremos los más avanzados en todos los aspectos, hay que pena que ellos confiaban que con su método anticuado todo les iba a ir bien.

Recuerdo que en 1940 invadí y derroté a Dinamarca y Noruega, todo esto fue para asegurarme del hierro sueco que nos servía para la industria de Alemania…Yo como siempre, mirando lo mejor para nosotros. Y bueno también a los Países Bajos, Bélgica y Francia como no… Aunque estuve ocho meses en otros frentes, los franceses seguían temiéndonos aún teniendo ayuda de los británicos y ni lanzaron ninguna ofensiva hacia nosotros, si no que esperaron a nuestro gran ataque, de esos que tanto siempre me han gustado, que lo ocasionamos en mayo de ese año, por el macizo de las Ardenas. Los malditos aliados sólo consiguieron salvar una parte de su ejército, menos mal…alguna migaja abría que tocarle a esa muchedumbre. Fue en junio cuando Francia estaba casi vencida, cuando también Italia les declaró la guerra a estos y también a los británicos.

He de decir, que todos los países que yo invadí fueron ocupados por alemanes, pero en el caso de Francia, estuvo dividida en dos partes. La parte del norte, era la que estaba ocupada por nosotros, y la otra parte al mando del general Pétain, cuya capital es Vichy, comprendida en un régimen autoritario de derechas y satélite de Alemania, mi Alemania, tierra que por siempre ha sido mía. El régimen de Vichy, es el que aceptan la mayoría de los franceses, esos ingenuos no saben lo que hay ahí. Ahora que me acuerdo, fue el general Charles de Gaulle el que desobedeció, creando un gobierno que llamo “gobierno de la Francia Libre” en el exilio, que tuvo apoyo de los británicos, como los odio, madre mía.

Tal odio fue así, que me plantee invadir Gran Bretaña, pero ese proyecto resulto nefasto, debido a la superioridad naval y aérea que poseen los británicos. En principio, bombardeamos algunas ciudades inglesas e intentamos bloquear su comercio. Pero, Churchill, el primer ministro británico, no se rindió ante esto. Sinceramente, nunca nos ha gustado rendirnos, pero ahí ya nos empezamos a dar cuenta de que no íbamos a tener éxito alguno, puesto que también el presidente de Estados Unidos, Roosevelt, le proporcionó a Gran Bretaña suministros de guerra.

En 1941 tuve que apoyar a los italianos en las iniciativas que emprendieron contra Grecia y Egipto. Mussolini aspiraba a arrebatar el control del Mediterráneo a los británicos, en especial el canal de Suez. Mussolini, fue tan soberbio e iba de tan valentón, que pensaba que podría contra el ejército de Gran Bretaña, y nosotros en ayuda de nuestra aliada, pues intervinimos. Aquí fue cuando aproveche para crear alianzas con la mayoría de las dictaduras de Europa oriental, las cuales me permitieron el paso y como no, pues tuvieron que ceder sus tropas y abastecimientos.

En el norte de África, se sabía de la superioridad de nuestros blindados, que, dirigidos por el mariscal Rommel, el llamado Afrika Korps, nos adaptamos a la guerra en el desierto. Pero, todo se nos vio truncado, por el dominio naval y aéreo de los británicos en el Mediterráneo, ya que dificultaba el abastecimiento de nuestras tropas y nos impidió coger ventaja para invadir Egipto.

Sinceramente, todo esto parece una gran maldición hacia nosotros, todo nos empezó a ir rematadamente mal, no cabe la menor duda, de que todo lo que habíamos cosechado con grandes ganas y con lucha, empezaba a decaer poco a poco.

Por esa época, me decidí a atacar a la URSS, ya que siempre la he considerado la patria del judaísmo y el comunismo, y por tanto, el máximo rival de la MEJOR raza que existe, la aria. Iniciamos la invasión en junio del 41, aplicando las estrategias ya expuestas anteriormente. En principio, nuestros blindados avanzaron por la URSS, seguidos por el resto de mi ejército, hasta que llegamos a Moscú y Leningrado. Pero la red de comunicaciones de este país de quinta no contaba con carreteras ni ferrocarriles aprovechables y las distancias eran bastantes enormes, lo que nos dificultó el abastecimiento y la rapidez de nuestra operación. He de decir, que el clima ruso, no nos ayudo en absoluto, ya que tuvimos que paralizar nuestra operación.

El ejército rojo y la población civil se resistieron bastante a nuestros ataques eso me ha quedado bastante claro, ya que destruyeron sus cosechas, sus equipos e instalaciones, para que nosotros no pudiésemos aprovecharlos en los ataques.

La ciudad de Leningrado permaneció sitiada durante 900 días aproximadamente, y en Moscú mi ejército fue detenido en diciembre de ese mismo año. Perdimos a bastantes soldados y también mucho material, lo que nos fue debilitando poco a poco. Fue ahí cuando tuve que destituir a los altos mandos y gobernar yo solo la campaña que inicié con respecto a una ofensiva al sur, hacia Stalingrado concretamente y también el Cáucaso. Un año más tarde, otra vez más mis tropas volvieron a quedar detenidas, en esta ocasión en Stalingrado.

Todo empezó a ir tan mal, que empecé a tener problemas de salud…Continuos nervios, bajadas de tensión, malestar y todo ello, por lo que siempre me había temido, la derrota…Empezábamos a flaquear y a mi eso no me daba buena espina.

Creo que no está demás en un momento como este, hablar de otro país del Eje, Japón. Hirohito, el emperador de este país decidió atacar la base naval de Pearl Harbour, que tiene Estados Unidos en el Pacífico, todo esto tengo entendido que fue por el deseo de Hirohito de agrandar su imperio. Esta agresión de Japón contra Estados Unidos, provocó la entrada en la guerra de este último país. Por supuesto, que nosotros, le declaramos la guerra a Estados Unidos, eso no estaba demás, ya que había tenido conflictos con uno de nuestras potencias del Eje.

Creo que en parte, no hicimos las cosas bien, ya que Estados Unidos ha sido el país con mayor potencial económico que ha existido. Nosotros nos tomamos un poco a la ligera esos aspectos, y ahora pagamos las consecuencias. Ya nos veíamos casi derrotados, y lo que más nos interesaba era una guerra breve, para ver si no salíamos mal parados.

Ya en 1942 se produjo un giro en la guerra, ya que decidimos pasar a la defensiva. En el Pacífico, la flota japonesa sufrió serias derrotas en Midway y Guadalcanal, perdiendo sus mejores portaaviones y pilotos. En el norte de África, fuimos derrotados por los británicos en El Alamein. Fue en Marruecos donde se produjo un desembarco de tropas estadounidenses, que nos atacaron por la retaguardia. Ya en esos momentos, empezaba a cansarme de todo, era una derrota tras derrota, sin duda, mi ejército estaba en sus últimas, pero lo que yo jamás habría hecho era rendirme. Seguimos ahí al pie del cañón hasta que en noviembre de 1942 una contraofensiva soviética acabó por cercar a mi ejército que estaba luchando en Stanlingrado. En este momento, fue donde el ejército rojo empezó a tener prestigio según los rusos, y de ahí en adelante no han parado hasta hacernos hasta lo imposible.

Quién lo diría, Rusia, está pudiendo contra nosotros, una bajeza que yo denominaría como absoluta. Fue a partir de ese momento cuando el ejército de la URSS, vino cien por cien a por Alemania. En este punto, ya los tenemos aquí en Berlín y ya la cosa como he dicho a lo largo de todo lo que he escrito, pinta bastante mal.

Pienso que he hecho muchas cosas gratificantes, como fue ayudar a Mussolini en el 43 en un momento crítico para él. Tras verse obligado a dimitir, por ser arrestado, fui yo quien lo liberó y lo puse al frente de un nuevo Estado satélite, la República de Saló. Aunque también en Italia, a partir de ahí se creó una guerra civil entre comunistas y nuestro partido.

Pero todo cuadró cuando el 6 de junio de 1944 se produjo un desembarco masivo de militares en Normandía, había sido un plan, al igual que la guerra civil contra los comunistas en Italia, para poder así liberar a Francia. Sufrimos grandes ataques en Hamburgo, Dresde y Berlín.

A partir de ahí fue cuando lanzamos una ofensiva a Francia a través de Ardenas, algo que para ellos les cogió por sorpresa. Pero todo nos salió mal, ya que la lograron detener toda nuestra ofensiva y los estadounidenses cruzaron el Rin y nos inavieron.

También me enteré de que Churchill, Roosevelt y Stalin, celebraron en Yalta una conferencia para coordinar los planes de guerra contra nosotros y así acabar con mi dictadura y repartirse los territorios entre los tres.

En estos momentos, las tropas estadounidenses al igual que las rusas se encuentran aquí, en Torgau. Desde el búnker puedo oir y sentir, los constantes bombardeos y ya aquí no queda casi nadie. La mayoría de los militares y de los altos mandos que estaban en la Guarida del Lobo han optado por huir o por suicidarse. El método más fácil, este último, será el que yo elija.

Cada vez lo tengo más decidido, y con todo esto que he relatado, que creo que es suficiente. Quizás me han faltado anécdotas de mi vida por escribir, o tal vez lo que escribí lo hice de una forma un tanto liosa, pero lo que bien es cierto, es que me he desahogado de una forma especial, quizás no me creas querido diario, pero a ti te confesaré, ya que no hablas ni me reprocharás, que estoy llorando. Lloro de pena, de todo lo que dejo atrás, pero así es la vida.

Se que la guerra está casi perdida pero ya no me importa que sufra mi pueblo, he hecho todo lo que he podido.

Aquí se termina todo, ya no estoy dispuesto a seguir con esto. Tengo más que asumida la derrota, pero yo no quiero seguir al frente y que me vean como un débil.

En breve, haré con Blondi la prueba de cianuro. Ya lo tengo todo bastante planeado, tomaré unas cápsulas y luego me pegaré un tiro.

Ahora, me gustaría dedicarle unas palabras a Traudl, mi maravillosa secretaria. Jamás se me olvidará el día de la entrevista que hice para seleccionar a una mujer con conocimientos de máquinas de mecanografía y como no, que supiera ejercer de secretaria. Entre varias muchachas, ella era la más completa, la eficaz, la más guapa… Fue incondicional, y siempre que necesité de ella, nunca dudó en estar ahí. Espero que de ahora en adelante, todo le vaya bien, y que conserve un bonito recuerdo de mí.

Ya no tengo más que añadir querido diario, espero que una vez yo no esté, el pueblo alemán me recuerde, como el mejor dirigente que ha tenido Alemania a lo largo de su historia…

Debo añadir, que ante todo no me considero un cobarde y que no tengo miedo a la muerte en absoluto, siempre he luchado y ya me encuentro sin fuerzas para seguir, pero eso no significa que no sea un valiente nato…


Atentamente, Hitler.


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