Querido diario:
Jamás me hubiera imaginado llegar a este extremo, pero no le encuentro otra alternativa, yo, el hombre fuerte y valiente que siempre ha luchado por y para Alemania se derrumba y hasta aquí llega su final. He decidido suicidarme puesto que no quiero sentir humillaciones cuando mi ideología llevada a cabo durante tantos años y que de forma tan fabulosa ha ido, quede truncada de un momento a otro.¡De ninguna manera!
Me encuentro en un punto de mi vida difícil, puesto que pienso todo lo que estoy dejando atrás y todo lo que he conseguido, pero creo que es la mejor opción.
No ha sido un camino fácil conseguir todos mis propósitos pero bien es cierto, que algunos han fracasado o están en el proceso, como es el caso del momento actual.
Creo que lo mejor que puedo hacer es un balance de toda mi trayectoria al poder, y como no de mis inicios, para poder así reflexionar y quizás hacerme sentir más orgulloso de lo que ya estoy.
Siempre recordaré aquella época en la cuál salí de Austria en 1913, una fecha que jamás olvidaré, porque fue ahí en el inició de la Gran Guerra cuando me suscribí en las listas del ejército y poco a poco ascendí hasta llegar a ser cabo. Bueno ya al terminar de la guerra, debido al tratado de paz firmado entre los países Aliados y Alemania y en el cual, nuestro país se vio comprometido a correr con toda la responsabilidad que la guerra había causado, me instalé en Munich y seguí con mi labor frente al ejército, eso fue en 1920 si no recuerdo mal.
Un año antes, en 1919 se creo la Komintern, una organización comunista internacional que agrupaba a los Partidos Comunistas de los distintos países, y cuyo objetivo era luchar por la superación del capitalismo, el establecimiento de la Dictadura del Proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista como fijaba en sus primeros estatutos. Ya en 1922 fui elegido como presidente de esta organización, algo que me vino muy bien, para poder propagar mi odio racial y mi desprecio a la democracia, he de decir que fui muy apoyado por el ejército como no, y por la alta burguesía.
Que innumerables recuerdos tengo en mi mente, y lo más sorprendente es que me acuerdo como si me pasasen ahora mismo. Como también fue el Push de Munich, cuando ideológicamente aglutiné en a mi alrededor en una cervecería a todos los simpatizantes de mi partido y a seguidores de la derecha militarista para hacerme con el poder de aquella ciudad, como preludio de la marcha sobre Berlín. Tras ciertas dudas al principio, el Gobierno bávaro ordenó a la policía sofocar el golpe, por tanto los enfrentamientos fueron a más y acabamos con la muerte de miembros de mi partido, multitud de heridos y también tuve la mala suerte de ser detenido junto con Rudolf Hess, el dirigente de la Alemania nazi en la época, al que nombré adjunto del Führer y ministro sin cartera.
Una vez detenidos me dediqué a escribir un libro, al que llame Mein Kampf, en el que combiné elementos autobiográficos de ideas racistas y fascistas, propias del nacionalismo. Mi libro refleja mis teorías políticas, y describo mi aversión a los que creo que son los males gemelos del mundo, el comunismo y el judaísmo, mi propósito como bien he dicho siempre ha sido erradicarlos de la Tierra.
Si los comunistas, los odiados comunistas, ese partido formado en diciembre de 1918, que originalmente formaba el ala bolchevique del Partido Socialdemócrata, y del grupo Internacional Comunista de Alemania, que menos mal que pudimos suprimir al partido comunista Alemán, y sus dirigentes militantes fueron enviados a campos de concentración como parte del Holocausto, sinceramente, lo mejor que se podían esperar.
Jamás me hubiera imaginado llegar a este extremo, pero no le encuentro otra alternativa, yo, el hombre fuerte y valiente que siempre ha luchado por y para Alemania se derrumba y hasta aquí llega su final. He decidido suicidarme puesto que no quiero sentir humillaciones cuando mi ideología llevada a cabo durante tantos años y que de forma tan fabulosa ha ido, quede truncada de un momento a otro.¡De ninguna manera!
Me encuentro en un punto de mi vida difícil, puesto que pienso todo lo que estoy dejando atrás y todo lo que he conseguido, pero creo que es la mejor opción.
No ha sido un camino fácil conseguir todos mis propósitos pero bien es cierto, que algunos han fracasado o están en el proceso, como es el caso del momento actual.
Creo que lo mejor que puedo hacer es un balance de toda mi trayectoria al poder, y como no de mis inicios, para poder así reflexionar y quizás hacerme sentir más orgulloso de lo que ya estoy.
Siempre recordaré aquella época en la cuál salí de Austria en 1913, una fecha que jamás olvidaré, porque fue ahí en el inició de la Gran Guerra cuando me suscribí en las listas del ejército y poco a poco ascendí hasta llegar a ser cabo. Bueno ya al terminar de la guerra, debido al tratado de paz firmado entre los países Aliados y Alemania y en el cual, nuestro país se vio comprometido a correr con toda la responsabilidad que la guerra había causado, me instalé en Munich y seguí con mi labor frente al ejército, eso fue en 1920 si no recuerdo mal.
Un año antes, en 1919 se creo la Komintern, una organización comunista internacional que agrupaba a los Partidos Comunistas de los distintos países, y cuyo objetivo era luchar por la superación del capitalismo, el establecimiento de la Dictadura del Proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista como fijaba en sus primeros estatutos. Ya en 1922 fui elegido como presidente de esta organización, algo que me vino muy bien, para poder propagar mi odio racial y mi desprecio a la democracia, he de decir que fui muy apoyado por el ejército como no, y por la alta burguesía.
Que innumerables recuerdos tengo en mi mente, y lo más sorprendente es que me acuerdo como si me pasasen ahora mismo. Como también fue el Push de Munich, cuando ideológicamente aglutiné en a mi alrededor en una cervecería a todos los simpatizantes de mi partido y a seguidores de la derecha militarista para hacerme con el poder de aquella ciudad, como preludio de la marcha sobre Berlín. Tras ciertas dudas al principio, el Gobierno bávaro ordenó a la policía sofocar el golpe, por tanto los enfrentamientos fueron a más y acabamos con la muerte de miembros de mi partido, multitud de heridos y también tuve la mala suerte de ser detenido junto con Rudolf Hess, el dirigente de la Alemania nazi en la época, al que nombré adjunto del Führer y ministro sin cartera.
Una vez detenidos me dediqué a escribir un libro, al que llame Mein Kampf, en el que combiné elementos autobiográficos de ideas racistas y fascistas, propias del nacionalismo. Mi libro refleja mis teorías políticas, y describo mi aversión a los que creo que son los males gemelos del mundo, el comunismo y el judaísmo, mi propósito como bien he dicho siempre ha sido erradicarlos de la Tierra.
Si los comunistas, los odiados comunistas, ese partido formado en diciembre de 1918, que originalmente formaba el ala bolchevique del Partido Socialdemócrata, y del grupo Internacional Comunista de Alemania, que menos mal que pudimos suprimir al partido comunista Alemán, y sus dirigentes militantes fueron enviados a campos de concentración como parte del Holocausto, sinceramente, lo mejor que se podían esperar.
Aquí está mi borrador, espero que os sirva de ayuda y que por supuesto guste como he enfocado el diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario