jueves, 19 de febrero de 2009
*...John Reed entrevista a Lenin...*
Nos encontramos a las afueras del Palacio de Invierno, dónde hace aproximadamente 24 horas que Lenin fue proclamado el nuevo gobernante de Rusia, gracias a la revuelta que organizaron los obreros, campesinos y soldados. Estos, asaltaron la sede del Gobierno con el fin de destronar a Kerensky de su gobierno. Como os podéis imaginar ¡esto está que arde!
Aunque hace escasas horas que mi equipo de trabajo y yo llegamos a Rusia, a pesar del frío que fue uno de tantos inconvenientes, esto no ha sido un impedimento para realizar una entrevista al máximo dirigente de los bolcheviques, Lenin. Será una de las entrevistas más esperadas, y solo nuestro periódico tiene el honor de que alguien como Lenin nos brinde unas palabras.
J.Reed: Buenas tardes señor Lenin, soy John Reed, un periodista norteamericano que trabaja en la sede del periódico nacional ruso desde Nueva York.
Lenin: Hola, encantado. Aunque ando un poco liado con mis últimos movimientos, es un placer para mí guardar un poco de tiempo para contestar a todas aquellas preguntas que usted me haga, puesto que a la población rusa también le interesa estar informada.
J.Reed: Bueno, pues para comenzar sería buena idea que nos hablase sobre su vida, ¿ de qué parte de Rusia proviene?
Lenin: Pues yo nací en Simbirsk en 1870, soy de una familia de clase media de la región del Volga y estudié en las universidades de Kazán y San Petersburgo. Por si no sabe, soy abogado.
J.Reed: Sí, me habían llegado rumores de su profesión, que por cierto ¿ estudió abogacía por algo en concreto?
Lenin: Mentiría si le dijera lo contrario (risa). Le explico, en 1887 ejecutaron a mi hermano ya que estaba acusado de conspiración y fue ahí en el momento que comenzó mi animadversión contra el régimen zarista. A partir de ahí, al terminar mis estudios, mis actitudes fueron contra la autocracia zarista.
J.Reed: Me imagino que en ese momento usted se habrá topado con gente muy influyente ¿no?
Lenin: Pues sí, curiosamente con Plejanov, que era el líder revolucionario ruso del momento y en esa época estaba en su exilio en Suiza, ya sabe usted expatriado.
J.Reed: Plejanov ¿ qué intento? Orientarlo me imagino.
Lenin: Bastante, fue quien me convenció de la ideología de Marx.
J.Reed: Ya que hablamos de su rechazo a la autocracia zarista, porqué no hablar de su destierro en Siberia.
Lenin: Es algo fundamental ya que comencé a hablar de Marx. Cuando fui detenido y deportado a Siberia por participar en actividades en contra del régimen autocrático zarista me dediqué al estudio sistemático de las obras Marx y Engels y elaboré un trabajo sobre la aplicación del pensamiento marxista en nuestro país.
J.Reed: Que interesante la verdad, tiene usted mucho mérito. Hablando de su destierro en Siberia, también por otro lado se conoce que usted tubo que exiliar varias veces por ordenes del zar Nicolás II ¿ qué nos podría decir sobre ello?
Lenin: Sí, mi primer exilio comenzó en Suiza, en 1905, en la época de la revuelta.
J.Reed: Es cierto, un proceso muy importante en Rusia, conocido como la revolución de 1905.
Lenin: Así es, veo que usted se interesa bastante en estos aspectos.
J.Reed: No se equivoca la verdad (risa). Cuénteme acerca de esta revolución.
Lenin: Bueno, la revolución se divide en dos fases, ya que en la primera se desarrolla la sociedad burguesa y en la segunda da lugar a una revuelta socialista. Fue en 1905 cuando se produjo la famosa guerra ruso-japonesa.
J.Reed: Me encantaría que me transmitiese información sobre esa guerra.
Lenin: Mire le comentaré un poco por encima ya que tenemos que aprovechar el tiempo y creo que quedan muchos aspectos importantes de los que hablar.
J.Reed: Estoy de acuerdo.
Lenin: Nuestro país pretendía conquistar territorios en Japón pero no tuvimos éxito, me refiero al país, ya que Japón nos venció, aunque nuestro zar mandó a la guerra un majestuoso barco de guerra, El Acorazado Potemkim. A partir de esto fue cuando fracasó el zar Nicolás II y cuando creó una Duma, o parlamento, que cedió a los demás, aunque después desistió de ella.
J.Reed: ¿Es verdad que por ese entonces el zar estaba influenciado por el sacerdote Rasputín?
Lenin: Siempre se ha dicho que sí porque este sacerdote que se dedicaba a la brujería, es el consejero de la zarina Alejandra. También podemos añadir que creemos que ha sido un espía alemán. Desde mi punto de vista este señor da una muy mala imagen.
J.Reed: Ya noto su rechazo y me imagino que al igual lo sentirá por la Iglesia Ortodoxa.
Lenin: Así es para mí la iglesia y la religión son el opio del pueblo, no me cabe la menor duda.
J.Reed: Bueno cambiando de tema, como bien se sabe Rusia es uno de los pocos países en los cuales los zares gobiernan de forma autocrática.
Lenin: La verdad que sí, eso se refleja en la liberación de Siervos, que no se produjo hasta 1861, cuando por fin se luchó por destruir la sociedad estamental que había existido en aquel momento, fue paso tardío pero importante, ¿no cree usted?
J.Reed: Tiene razón, por otra parte habría que agradecerle a otros países que hayan aportado capital para la industrialización de alguna de las ciudades.
Lenin: Es admirable que gracias al capital extranjero San Petersburgo, que es la ciudad donde nos encontramos, y Moscú se hayan podido industrializar.
J.Reed: En parte podríamos añadir que fue una de las consecuencias de lo que ya nos había explicado, la guerra ruso-japonesa.
Lenin: Tampoco se crea usted, el ejército imperial logró extender nuestras fronteras por Extremo Oriente y Asia Central, pero fue en 1905 cuando fuimos derrotados, esas fueron las causas de la guerra, así que no se siga atrofiando usted.
J.Reed: Entonces perdone, no lo habré entendido bien antes.
Lenin: No pasa nada, estoy aquí para resolver sus dudas dentro de lo que cabe.
J.Reed: Como ya sabe, nuestro país está vinculado con La Entente, ¿ qué nos podría aclarar sobre esto?
Lenin: En principio se llamaba la Triple Entente, permítame corregirlo, y estaba formada por Francia, Inglaterra y Rusia, quienes lucharon contra los Imperios Centrales en esta gran guerra. Luego pasó a llamarse La Entente porque se aliaron más países.
J.Reed: ¿Y a qué se debió esta unión?
Lenin: A la nueva política mundial alemana iniciada por Guillermo II, que era el emperador alemán y rey de Prusia. Una persona excesivamente manipuladora que ejerció sobre Nicolás II, manipulando astutamente en beneficio de los intereses alemanes.
J.Reed: La otra unión es de los Imperios Centrales ¿ no es cierto?
Lenin: Sí está formado por Alemania, la cual pretende concentrar todas sus tropas en los frentes de nuestro país para coger paso y arrebatarnos todo lo nuestro, bueno eso de pretender queda en el olvido porque después de nosotros resistirnos a los ataques y de que Francia tampoco se dejara vencer ya me podrá usted decir. También lo forma Austria-Hungría, uno de los países con que más luchas hemos tenido en el frente de batalla.
J.Reed: Al Rusia vincularse con la Entente, se dice que tiene un compromiso con los Balcanes.
Lenin: Rusia está comprometida a la protección de los pueblos eslavos en los Balcanes, sobre todo a los frentes de los Imperios astrohúngaro y Otomano.
J.Reed: Es a partir de ahí cuando ocurrió lo que llamamos la Gran Guerra.
Lenin: Pues sí, ahí empezaron los conflictos entre los estados beligerantes, aunque también existían países que actuaban de forma neutral. Fue una guerra de desgaste que comenzó en 1914. Esta guerra sin duda se llevó a cabo por intereses burgueses.
J.Reed: En febrero de este año se creó una revuelta popular, que seguramente para usted fue satisfactoria ya que se destronó al zar Nicolás II.
Lenin: Si, (risa) fue sustituido por Kerensky, un político socialdemócrata que ha decidió seguir participando en la guerra.
J.Reed: Llegados a este punto y una vez aclarado distintas fases de esta gran guerra y sobre Rusia, explique cuales fueron las causas por las que ayer asaltaron el Palacio de Invierno.
Lenin: Tanto Trosky como yo, que somos los líderes de los bolcheviques decidimos que nos organizaríamos en asambleas de obreros, campesinos y soldados, o dicho de otra manera en Soviets, para asaltar esta gran mansión y para poder así establecer un gobierno revolucionario llamado Consejo de Comisarios del Pueblo.
J.Reed: ¿Cuál era vuestro objetivo, el de los bolcheviques?
Lenin: Básicamente, extender la revolución obrera socialista por el mundo y así conseguir eliminar el capitalismo.
J.Reed: ¿Opinan lo mismo que ustedes los mencheviques?
Lenin: No, ellos mantienen posiciones diferenciadas sobre la guerra. Según ellos es preferible contar con una base partidaria amplia, pero para nosotros, no es eso lo más importante.
J.Reed: Hablando de todo un poco, al usted regresar a Petrogrado en abril, expuso una serie de puntos ¿no?
Lenin: Sí, mi programa dice como debe de ser el gobierno, y como Rusia será gobernada en el futuro, además añado el destino de los bolcheviques.
J.Reed: ¿Cuáles son por tanto, las medidas expuestas por usted?
Lenin: Pues la no-cooperación con el gobierno provisional, oposición a la guerra mundial liderada por intereses burgueses y la abolición de la policía, el ejército y la burocracia estatal.
J.Reed: Ya entiendo, le tengo que hacer una pregunta que con las prisas y los nervios de entrevistar a alguien tan influyente como usted, se me había olvidado.
Lenin: No pasa nada, entiendo que no se le pueda quedar nada en el tintero, y ahora dispare con la pregunta (risa).
J.Reed: La última pregunta va acerca del movimiento obrero en este país, ¿ qué opina al respecto?
Lenin: Bueno aquí habría que partir de dos ramas, en primer lugar los socialistas marxistas, que queremos una dictadura del proletariado y estamos formados por los mencheviques, y también como no, nosotros, los bolcheviques, donde nos tienen como líderes a Trosky, Stallin y a mí por supuesto. Y por otra parte, la otra rama de la que les hablé serían los anarquistas que no quieren ni estado, ni dictadura del proletariado y en el cuál su máximo dirigente es Bakunin.
J.Reed: Buena explicación don Lenin, ¿tiene algo que añadir a esta entrevista?
Lenin: Sinceramente creo que todo está dicho, aunque diré algo que quizás os contradiga a todos, y es que estoy enormemente agradecido a Alemania, ya que al volver de mi exilio fue mi gran ayuda para venir desde Suiza. Esto es todo lo que debo deciros.
J.Reed: Pues bueno señor Lenin, una vez más, gracias por la confianza depositada en nosotros y como no por concedernos esta magnífica entrevista, deseándole tanto mi periódico como yo, mucha suerte en todos sus próximos actos y proyectos.
Lenin: Al igual que ustedes, yo también estoy muy agradecido por todo. Aunque ha sido una entrevista no tal extensa como me habría gustado, debéis comprender que ando de un lado para otro solucionando algunos asuntos.
Después de despedirse, Lenin abandonó el lugar y se fue rumbo a Moscú junto a Trosky. El motivo no lo sabemos con certeza, pero añado que espero que dentro de poco le pueda hacer otra entrevista a este amable señor tan importante para la población rusa.
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